Silvia Alvarado de Córdova tiene más de 30 años de experiencia en el sector energía de su país, Guatemala, y de América Central y el Caribe, desempeñando funciones tanto en posiciones del sector público como en el sector privado y de cooperación internacional.

Pregunta: ¿Podría hablarnos de usted y de su trabajo?

Silvia: Soy una consultora independiente en asuntos regulatorios y del mercado eléctrico en la región de América Central y el Caribe. Inicié mi carrera en el sector eléctrico en la década de los 80 desempeñando varias funciones profesionales dentro del Ministerio de Energía y Minas de Guatemala.  Posteriormente tuve la oportunidad de desempeñar funciones de Gerente de Proyectos en la Oficina Económica de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). En esa época se presentó la oportunidad de apoyar los esfuerzos del Gobierno de Guatemala para reformar los sectores de electricidad y telecomunicaciones, esfuerzos que culminaron con la promulgación de la Ley General de Electricidad y la Ley de Telecomunicaciones en el año de 1996.  Inmediatamente a continuación, se apoyó en los procesos de venta de las empresas de distribución, tanto Empresa Eléctrica de Guatemala como las empresas del Instituto Nacional de Electrificación y la implementación del nuevo marco regulatorio, incluyendo la conformación del operador independiente del sistema y el mercado eléctrico (el Administrador del Mercado Mayorista AMM), habiendo servido como director en la Junta fundadora de dicha entidad.

De 1999 al 2011, presté mis servicios profesionales como asesora en asuntos regulatorios y también como desarrolladora de proyectos para varias empresas transnacionales, dos de ellas de capital norteamericano (Coastal Power y El Paso Corporation) y una de capital británico (Globeleq, una empresa dedicada a inversiones eléctricas en mercados emergentes).  Y en el 2012 fui nominada por los agentes del mercado mayorista para ser nombrada por el presidente de la República como una de los tres directores de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica de Guatemala (CNEE), el ente regulador del mercado eléctrico por un mandato de cinco años.

Y finalmente, luego de finalizar mi mandato en la CNEE, me he dedicado a presar servicios de asesoría independiente a entidades públicas y privadas en asuntos regulatorios y de inteligencia de mercado.

P: ¿Qué le hizo querer unirse al Path to 100%?

Silvia: El proceso de transición energética es sumamente importante para todas las economías del mundo, pero para las economías emergentes representa una gran oportunidad de desarrollo y crecimiento. En ese sentido, el poder compartir experiencias y conocimientos, sobre todos los temas que impactan el desarrollo de las tecnologías renovables, es fundamental para mi trabajo como asesora. Por esa razón me entusiasmó mucho el haber sido invitada a formar parte de un grupo selecto de profesionales con experiencia muy valiosa en la materia pues nos brinda una plataforma singular para avanzar en nuestros países hacia mercados eléctricos en los cuales domine la energía limpia y competitiva.

P: Describa su pasión por la energía renovable y cómo la ha puesto en práctica en Guatemala y Centro América.

Silvia: Mi carrera profesional en el sector energía la inicié en 1983 como parte del equipo que tuvo a su cargo la gestión de la primera entidad pública dedicada a la promoción del uso de fuentes y renovables de energía dentro del Ministerio de Energía y Minas. En esa época tuve la oportunidad de viajar a Italia para participar en un curso diseñado para especialistas en energía renovable y desde entonces nació en mí la convicción sobre la importancia de desarrollar los recursos naturales renovables de nuestros países de manera sostenible y promoviendo la competitividad de nuestras economías.

P: Su carrera se ha extendido por más de 30 años, ¿podría describir algunos de sus proyectos o logros notables?

Silvia: El haber podido participar dentro del equipo que llevó a cabo la reestructuración y reforma del sector eléctrico de Guatemala definitivamente marcó mi vida profesional. Gracias a esa reforma, entre otros logros, el país consiguió incrementar la cobertura del servicio eléctrico de un 60% a más del 90% en la actualidad. Adicionalmente, se estima que desde que el sector se reformó, en el país se han realizado nuevas inversiones por casi 10 billones de dólares de capital privado, lo cual para un país como Guatemala representa un logro de mucha trascendencia.

Mi paso por el ente regulador también me permitió contribuir con los esfuerzos que permitieron incrementar la capacidad de generación instalada al doble de la demanda máxima y diversificar la matriz energética incorporando generación solar y eólica, además de muchos nuevos proyectos de generación hidráulica y numerosos proyectos de generación distribuida renovable. Durante dicho período se realizaron varios procesos abiertos de licitación de compra de potencia y energía, incluyendo las primeras subastas de rondas sucesivas inversas Y en materia tarifaria, los usuarios finales del servicio de distribución se vieron favorecidos con una reducción de hasta 50% dentro del área de concesión de la distribuidora que sirve al área central del país y también rebajas significativas en las otras áreas de servicio.

P: ¿Cuál considera que es uno de los principales desafíos que enfrenta Guatemala y América Central en su camino hacia una energía limpia y asequible?

Silvia: Las economías de la región, al igual que muchos otros países en desarrollo, enfrentan retos macroeconómicos importantes, entre ellos la pobreza extrema que afecta a segmentos significativos de la población. En este sentido, el contar con fuentes de energía competitivas se convierte en una prioridad.  Y cuando se presentan coyunturas tales como la de la pandemia, que por momentos también determinó precios de los combustibles fósiles mucho más bajos que los que se había tenido en épocas recientes, los gobiernos pueden sentirse inclinados a favorecer las inversiones y la utilización de más energía de origen fósil. Es por ello que es sumamente importante el mantener la visión de largo plazo y el compromiso que los Estados han asumido de desarrollar sus recursos naturales renovables con prioridad y hacer todos los esfuerzos requeridos par alcanzar las metas de política energética establecidas, las cuales en la mayoría de los casos han establecido porcentajes de participación de fuentes renovables de 80% e inclusive mayores en algunos casos.

También se presentan retos importantes en cuanto a la oposición social que el desarrollo de algunas tecnologías tales como la hidroeléctrica han venido enfrentando durante años recientes. Es importante entonces que los Estados velen por mantener la certeza jurídica de las inversiones energéticas en virtud que se trata de proyectos de alto costo de capital y que requieren largos plazos para su recuperación.

P: Finalmente, ¿qué pasos específicos puede tomar Guatemala y América Central para ayudar en el camino hacia una energía 100% renovable? ¿O qué cambios ve que se están produciendo ahora?

Silvia: La realización de procesos de licitación transparentes y competitivos producto de los cuales se adjudiquen contratos de largo plazo es una herramienta valiosa para promover las inversiones en energía limpia en nuestros mercados.

La estabilidad regulatoria también juega un papel esencial a ese respecto. Y la labor de los reguladores debe continuar promoviendo la introducción de tecnologías tales como el almacenamiento de energía y el uso de nuevos recursos energéticos limpios, a efecto que los inversores vean a nuestra región como un destino de inversión atractivo y estable en el largo plazo.

Y finalmente la integración de los mercados de la región bajo el marco del Mercado Eléctrico Regional y las interconexiones internacionales representan oportunidades para avanzar el desarrollo de fuentes renovables en nuestros mercados.

 

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